Imagen de DejiNyucu.
El otro día tuve una conversación bastante curiosa con una amiga que consideraba a los camareros como los trabajadores con más “intuición sociológica” porque están en contacto con tipos muy diferentes de personas.
En realidad, me sorprendió bastante esa afirmación, pero estoy totalmente de acuerdo con mi amiga, ya que nunca olvidaré esta pequeña historia que viví en Galicia esta última vez que la visité (ya sabéis, el Camino de Santiago).
Al final de nuestra etapa Pontevedra-Caldas, quedamos con un amigo y fuimos a Vilagarcía para conocer otra ciudad. Aprovechamos para tomar algo en una bonita terraza junto al puerto y contemplar la preciosa puesta de sol.
Nuestro amigo fue a la barra a pedir una Coca-Cola, un Aquarius y un Nestea, y volvió a la mesa.
Al cabo de un rato, llegó la camarera y dejó cada bebida exactamente en el sitio que correspondía. La verdad es que nosotras no nos dimos cuenta, pero mi amigo preguntó: “¿Le habéis dicho algo o le habéis indicado de alguna forma quién ha pedido cada cosa?”
En ese momento, obviamente, alucinamos. No le habíamos dicho nada y había acertado. Mi amigo no pudo soportar la intriga y fue de nuevo a la barra para preguntarle a la camarera cómo había adivinado.
Pues bien: no era adivinación, sino deducción “psico-sociológica”, en cierta medida. Sus motivos fueron que, en la mayoría de los casos, la Coca-Cola es para el chico. Después, entre Nestea y Aquarius, decidió servir el Aquarius a la chica que tenía “más pinta de deportista”.
Bingo: mi amigo había pedido Coca-Cola y yo, la deportista, quería el Aquarius. El Nestea era para mi amiga.
Estas son las cosas que suceden cuando juntas “intuición de camarero” con “intuición femenina”. Aún sigo flipando…
Mi vida en cámara oculta 